
El caso es así: la revista Weekend deseaba publicar unas fotos de Adam Curry, el gurú del podcasting. No sólo encontró unas fotos publicadas por él mismo en Flickr, sino que, además, Adam Curry daba un permiso tipo CC (by-nc-sa). Así que Weekend se sintió autorizado a publicarlas. El caso es que Weekend alega "que no se percató de las condiciones por las que se podían distribuir (para uso no comercial y para compartir del mismo modo) y Curry les demandó por infracción de derechos y atentado a su intimidad. Recordamos que en las licencias-tipo Creative Commons aparece la advertencia Some rights reserved.

El juez sentenció que Weekend debió seguir las condiciones descritas en el permiso que el autor declaraba en la web de alojamiento de fotos. De ese modo, se ha sentado jurisprudencia en cuanto a la declaración de condiciones definidas por un autor en una página web sin que medie autorización por escrito, como sucede en los casos de permisos de derechos para efectos comerciales, lo que comúnmente llamamos copyright.
Vaya, si un juez utiliza el sentido común, éste le dirá que si un autor nos ofrece algo en colaboración y bajo la condición de mantener esa colaboración, no lo compliquemos más: simplemente sigue las reglas de juego.

Creative Commons se congratula en sus páginas y comenta que por fin sienten que se está protegiendo esa filosofía colaborativa de miles de usuarios de estas licencias-tipo de manera online.
This decision confirms that the Creative Commons licensing system is an effective way for content creators to manage their copyrights online, Lawrence Lessig, Creative Commons CEO & Chairman.
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